EN ESTE NÚMERO 131 DE LA REVISTA, HE QUERIDO REDACTAR DOS ARTÍCULOS QUE A CONTINUACIÓN ADJUNTO
SOS
AL REINO ANIMAL
Es inadmisible,
pero es real la imposición que algunas personas tienen sobre los animales, con
ellos practican a su antojo su santa voluntad, su atrevimiento atraviesa
límites insospechados, creyendo que tienen toda la carga de poder sobre ellos y
olvidándose que los animales son seres vivos que pertenecen al Planeta al igual que las personas, es
cierto que la inteligencia de los humanos no la poseen los demás seres,
precisamente por ello, se ha de usar ese bien que nos ha sido concedido para
mantener un equilibrio justo y armónico.
Incomprensiblemente
las perrerías que comenten algunas personas con los animales son más grandes que
lo que la palabra expresa, la verdad, al no existir delito alguno se disparan
todas las alarmas, sin embargo, las alarmas son silenciosas, no tienen sonido y
a su par también callamos, en el silencio nace la crueldad y un abismo de
desigualdad espantoso.
Todos sabemos
que se podría evitar tantas barbaries que se cometen contra el Reino Animal, ellos no pueden defenderse pero nosotros sí podemos
interceder a su favor, al menos, denunciar clamorosamente todas esas agresiones
que pasan inadvertidas y que demuestran el poco respeto que se tiene por la
naturaleza y sus especies.
No hace falta
detenerse en ningún hecho concreto, sería interminable analizar cada caso en
que algunas personas sienten la impotencia de no poder hacer nada al respecto,
relatar todo lo que pasa dentro de cada granja, de cada establo; de cada
vaquería etc…sería repetir lo que ya sabemos y eso nos daría mucha tristeza.
Algunas vez, se ha sabido que los mismos trabajadores de esas explotaciones
animales han protagonizado protestas por las injurias que estaban viendo, ellos
han sido muy pocos, pues el resto ha sucumbido por la sencilla razón de evitar
el paro y la firme convicción de que
con el pan no se juega, en ese bucle
se siguen cometiendo escabrosamente todos esos infamias al Mundo
Animal.
Para hacernos
una idea del sometimiento que a plena luz y en la propia ciudad son sometidos
algunos animales, nos encontramos con la moda de llevar a los perros amarrados
a las bicis; obligándolos a llevar un ritmo acelerado a pleno sol y a una gran
distancia, algunos de estos perros llegan exhaustos ante la mirada inerte de
sus dueños.
¿Si eso se hace
con descaro e insensibilidad, que no se hará a puertas cerradas?
LAS BUENAS VIBRACIONES DEL VERANO
El verano y su atrayente luz iluminan todas
aquellas sensaciones que producen felicidad.
Otro verano más,
ya solo la palabra que indica esta estación nos transfiere un espacio de ocio y
serenidad, aunque no para todas las personas sea así, la inquietante sensación
que produce el verano no tiene discusión, por ejemplo, la ilusión e
incertidumbre para aquellos que viajan a otros lugares que no conocen y que
esperan tener las expectativas imaginadas, sueños que cada verano se consiguen
realizar y que durante muchos años se han anhelado, poder disfrutar de
países desconocidos y poder palpar su cultura y costumbres es regalar trocitos
de felicidad al alma, a veces, esos viajes configuran la propia existencia en
otras dimensiones y se vuelve a casa con otras perspectivas y otros pensamientos distintos a los que se
partió.
Los viajes no
son excluyentes para nadie, afortunadamente en ellos existe un montón de posibilidades y un sinfín de
ofertas, se puede viajar en grupos o de otras mil maneras, las opciones
existentes para los mayores tienen unas grandes posibilidades, ellas pueden ser aprovechadas por todo lo que brinda
para el recreo de todas las personas que no pudieron viajar en sus años
laborales, es posible que esos viajes programados no se ajusten totalmente al
gusto de la mayoría, pero es realmente estupendo saber que se pueden utilizar y
que están a disposición de las personas que lo demanden.
La época estival
también puede ser un deleite para el descanso, no siempre se ha de viajar para
sentir todas las opciones que el verano promete, la inacción (aunque pocas
veces recomendable) también es una manera de recrearse en los días de calor, no
hacer nada es sencillamente un modo de descanso y quietud muy benéfico para el sosiego,
a veces, las planificaciones aturden los sentidos y descolocan un estado de
ánimo sereno. Mientras pasa el verano, podemos elegir aquello que nos apetezca,
desde nuestras preciosas playas hasta el más recóndito de nuestros maravillosos
pueblos, el caso es pasar un feliz verano y dejarse llevar por sus espléndidos
y luminosos días.
EN LA REVISTA 132 EXPONGO DOS TEMAS DE LATENTE ACTUALIDAD
TRATO DE DAMAS
Sin acercarnos, a lo lejos y
desde tiempos muy remotos observamos desde nuestra acera particular, desde el
otro lado, allá donde no quedemos
mezclados ni con las sombra de la primera profesión conocida en la
Tierra , a salvo de la
penúltima posible salpicadura de
sospecha, desde esa trinchera nos asomamos a la problemática apenas sin
entrar. Las vemos pasar, insinuantes, provocadoras,
sigilosas, pícaras, en regiones aparte dentro de la ciudad; unidas en islotes y
sectores elegidos con astucia; sosteniéndolas
el tacón detrás de la estratégica
esquina y cubriendo el turno asignado, maduras jóvenes y en muchas ocasiones
casi niñas, sin la mayoría de edad.
La penosa pose en la penumbra del
farol más alejado recorre en la turbe el espacio exacto del improvisado
escaparate, sin pena ni gloria esperan el billete fácil que les cae de la
prostitución, libres de controles médicos de legalidades y demás reglas son
presa avispada de contagios y penurias, sus carencias favorecen al trotamundos
chulesco y variopinto que vive descarado y socarrón de los frecuentes sesiones
de sus chicas, es el amo del harén siempre que se endose más del cincuenta por
ciento de ganancias, su trabajo consiste
es no hacer nada, como mucho, trata con la blanca para convencerla
arduamente de lo bien que se vive siendo adicta a la vida alegre. Más tarde,
las camelias conocen la tristeza en su circuito cerrado, pues es sabida su fama de tener un corazón bueno y
desprendido, su profesión alerta de la
gran soledad que asiste en algunos tramos de la sociedad, otra cosa es juzgar
lo que converge por el uso esporádico y
desmembrado de relaciones previo pago.
El desajuste se tercia en la
variedad existente, la escala pueden ocuparla desde un catálogo a la carta o bien desde la
discreción del establecimiento más reservado, después a la postre queda la
jerarquía de menor nivel, aquellas desperdigadas por calles, parques y
semáforos, parece ser que en los pocos minutos que da la secuencia de un
semáforo se puede establecer el negocio, pueden llegar a pedir una cantidad
triple para luego quedar cerrado en poco más de veinte euros, es una realidad que se comprueba con
sólo preguntarles.
Su ilegalidad es absolutamente
desproporcionada a la evidencia, su constancia la leemos en algunos anuncios
que se publican en prensa y revistas de prestigio y a veces incluso lo publicitan
desde una avioneta playera, esos
corroboran su presencia en la sociedad, la existencia de este colectivo debe
estar reglado convenientemente a fin de controlar e eliminar todo un entramado
de liadas redes que encubren mafias de toda índole, bajo las cuerdas
clandestinas de la prostitución se
balancean muchos tipos de corrupciones,
legalizar a estas damas sería aplicar
las directrices de un remedio igual a
justicia.
¡QUÉ
VERGÜENZA!
Parece mentira,
pero es cierto, el que todo lo vende, el coloso de la alimentación en España,
el que todo lo trilla para obtener esos precios competitivos, el que todo lo cree saber para ganar un
céntimo más, el que mantiene a sus empleados como si fueran de su familia,
(barriendo, fregando y haciendo de todo) el que su ambición está por tumbar a
sus grandes rivales, el que hace comprar al público de forma compulsiva, igual
que si mañana se acabara todo, el que vende una fruta y un pescado que
atraviesa lo regular,
¡es ese! el que estás pensando, pues sí,
ese tira
a la basura todo aquellos productos que le sobran, lo tira todo, ¿cómo lo ven? .
Seguramente la
soberbia se alía con la poca caridad, cuando tienen en sus propias puertas a
limosneros que pordiosean por cincuenta céntimos, ¡que vergüenza! cuando una tropa de personas buscan en la basura a
diario, ¡qué vergüenza! cuando en los
comedores sociales hay colas interminables (incluso con familias que jamás tuvieron
una situación tan precaria) ¡qué
vergüenza! cuando la pobreza asfixia a un gran número de personas aquí en
Málaga y en toda España, ¡qué vergüenza! cuando las entidades sociales Caritas etc… se rompen la cabeza para
poder repartir lo poco que tienen, ¡que
vergüenza!
La tiranía, el
poder y el creer que eres más que nadie tiene un precio, acordémonos que un
coloso ardió y se quemó entero. En todos los casos, se deberían establecer
medidas regladas para que no se produzcan estas indecencias, entre tanto, esperamos la quimera de que algún día nadie
tenga que comer ni vivir de caridad.
Tirando a la
basura todo aquello que pueda ayudar a otras personas, tiramos también un poco de la dignidad de los que nos revelamos y no podemos hacer
nada.
¡Qué vergüenza!