M ª ROSA GÁLVEZ, HIJA ILUSTRE DE MARCHARAVIAYA.
PUBLICADO EN ACE ANDALUCÍA.
EL RETRATO ESTÁ CREADO POR LA PINTORA LARISSA SARRIA.
PARA VERLO PODÉIS ACCEDER AL ENLACE http://www.aceandalucia.org/index.php?id=notic
Marcharaviaya
está situada en un vergel llamado “La Axarquía”, esta comarca reúne una serie de condiciones climatológicas que los romanos
llamaban el pequeño paraíso, se cree que por su situación y altura los
productos allí sembrados cuentan con excelente calidad, algunos entendidos
comentan sobre las cepas allí sembradas, asegurando que la uva en ese lugar,
desde su simiente, es bañada durante las
noches con una fina y suave rociada que
combina de modo esencial con las altas temperaturas durante el día.
Ciertamente es
un lugar que guarda un conjunto de elementos indiscutiblemente bellos, de
hecho, todas las culturas que se asentaron en sus parajes se quedaron allí por
mucho tiempo.
Independientemente
de sus cuantiosos valores y de que Marcharaviaya geográficamente está enclavada en una zona privilegiada, también es
notablemente conocida en todo el mundo por sus hijos allí nacidos. Ellos son la
familia Gálvez.
Curiosamente en esa familia brilló para la posteridad
más de un miembro, entre ellos, José Gálvez , ministro de Carlos III , Bernardo
Gálvez, virrey de Nueva España, ambos ilustres y de una gran trascendencia
política.
De esta saga
nace también María Rosa de Gálvez, ella
fue una niña adoptada por una familia malagueña de insignes apellidos, su padre
el coronel Antonio de Gálvez y su esposa Mariana Ramírez. Posiblemente la niña
nació en Macharaviaya (Málaga) el día 14
de Agosto de 1768, otros orígenes apuntan que nació en el centro de la ciudad,
concretamente en la Plaza de la Merced, donde vivió una larga temporada, en
todo caso, la pequeña estuvo un tiempo en un hospicio de Ronda hasta ser
adoptada por sus padres. Su infancia la pasó en un ambiente de lujo y
abundancia, recibiendo una educación y unos conocimientos que ella supo
aprovechar altamente por su magnífica inteligencia.
Gálvez fue una poeta, pensadora y licenciada
en versos que supo empoderar con sus letras su finísima y singular obra, su
fortaleza en el uso de la palabra escrita la
idealizaba inconscientemente, muy dentro de su personalidad y
perseverancia, Mª Rosa construyó una
parcela de literatura que armonizaba desde una posición neoclásica y a la vez
modernista, su elemento engranaba desde sus comienzos con un estilo que
directamente se constituía gracias a saber esbozar la incidencia más pura del lenguaje, clara y
rotunda sus rimas llenas de innovación
escandalizaban a la sociedad en que vivió, coincidiendo con un estricto paralelismo a su modo de
vida, las intransigencias de la época no determinaban en forma alguna a sus
métodos incuestionables.
Mª Rosa de alió
con la libertad muy dentro de sus convicciones, sin alertarse de opiniones
contradictorias y circunscritas, no dejando cabida a periplos exteriores que
condicionaran su trayectoria.
Muy pronto Mª Rosa se detuvo
en profundizar en la filosofía y en todos los derivados de la gramática, la
lengua perteneció a su vocación como una asignatura que la evidenciaba en el
futuro como a una espléndida escritora, a
su vez, los autores del momento (Luzán, Cadalso…) alentaban más si cabe su
disposición interna por las letras y especialmente por la poesía ilustrada.
En principio Mª Rosa eligió la poesía no preciosista con un
formato que inspiraba el neoclasicismo basado en críticas ilustrativas que
imitaban los acontecimientos culturales y políticos, más tarde, se decantó
claramente por el romanticismo, en algunos de sus poemas de amor decía:
El sueño huye de mí, y el genio vela;
natura me convida, y elevada
a la vista de tantas maravillas,
mi acento vuela a par de mi deseo.
Desde su punto de vista
escribe una maravillosa conclusión sobre el amor, como igualmente divinos todos sus libretos de
obras teatrales, la mayoría de ellos
fueron escenificados en los principales teatros de la corte madrileña: El Príncipe, Los Caños del Peral… entre
otras compañías, en todas fueron
acogidas parte de sus diecisiete obras escritas, toda su obra coincidía
y se conectaba bajo una disciplina independiente y opuesta a los cánones
establecidos. Su inquietud por el modernismo la opusieron frontalmente a las
opiniones reservadas que se tenían de la figura femenina y sus reglas a seguir.
El éxito de sus piezas teatrales se basaban en lo novedoso de los
argumentos, portando a la mujer a un
plano de igualdad y justicia, a veces, en su desesperación por transmitir esas
guías de libertad admitía un suicidio
antes que la remisión en cualquiera de sus facetas, se remontaba a las obras
griegas donde se erigían tragedias al igual que en su obra: Safo, Florinda y Blanca.
Su vida estuvo plagada de
acontecimientos que difundieron muchas habladurías en su círculo social, estuvo
casada con su primo José Cabrera, hombre tosco y poco adecuado para la
sensibilidad extremada y soñadora de la escritora, una vez que el matrimonio se instaló en
Madrid, Mª Rosa entabló amistad con Manuel Godoy primer ministro del reinado de
Carlos IV, de dicha amistad se supuso
una relación de amor que más tarde se confirmó entre bambalinas por todos los
ámbitos cercanos a la corte, Manuel Godoy a su vez parecía haberse relacionado
amorosamente con la reina Mª Luisa de Parma, por tanto todo ese entramado
envolvió celos, intrigas y maquinaciones que Mª Rosa exceptuaba libre y
voluntariamente.
Manuel Godoy visitaba muy
frecuentemente a la escritora, de tal manera que pasó de ser su preferida a convertirse en su único amor. Mª Rosa supo
eliminar obstáculos y en su discreción más sutil eligió de entre las doncellas
a una que se parecía físicamente a su semblanza y altura, cada tarde la doble
de Gálvez se sentaba a bordar a través de los cristales, mientras que ella y su
enamorado se encontraban placidamente muy cerca de Aranjuez, igualmente se
rumoreaba que la doncella de gran parecido a Mª Rosa se aposentaba en las
habitaciones e incluso ocupaba su cama para hacer simular a todos los
habitantes de la casa que dormía su
propia señora.
Manuel Godoy, hombre culto y refinado se interesó
profundamente por los escritos de su
enamorada, siendo él uno de los principales impulsores de sus publicaciones,
tanto es así que le imprimió a Mª Rosa tres obras en las Reales Imprentas, por
tal hecho fue muy criticado por su destructores políticos, Godoy salió al paso
justificando que en nombre de la cultura toda ayuda sería ampliamente
recompensada para la nación. A pesar de los obstáculos y compromisos de ambos
el amor prevaleció de manera continuada
y por mucho tiempo. Entre tanto, Gálvez se entregaba con mucha más fuerza a
imaginar historias y poemas que quedarían luego imperdurables en el tiempo.
Mª Rosa Gálvez falleció en
Madrid en el año 1806, su vida estuvo sembrada de éxitos que disfrutó tanto en
España como en Europa. Hoy en Málaga se le recuerda como a una gran luchadora
imperturbable y digna de las letras que su nombre representa, haciendo gala de
la raza incombustible que posee la mujer andaluza, su biografía ha sido
estudiada por célebres historiadores actuales, como ha sido el caso de Aurora
Luque. La dignificación de su obra es reconocida actualmente por críticos
literarios de todo el mundo.
p de mi deseo
ia0&tx_ttnews%5Btt_news%5D=29402&cHash=4be7fb67e87a9e4a9aecfaf99880837c
No hay comentarios:
Publicar un comentario