VOLAR EN LIBERTAD
La primavera nos regala
un sinfín de maravillas, de ella casi todo está dicho y escrito, en algunas
ocasiones, tal multitud de prodigios nos ensalza hondamente y nos hacen
observar desde un prisma distinto al que imaginábamos, habitualmente todos los
elementos de la naturaleza consignan una visión especial y a veces
absolutamente desconocida.
No era la primera vez que
pasaba por allí, unos días antes noté algo relevante, de inmediato le busqué
una explicación y sin más reflexión pasé de largo, mis perritos muy insistentes
me invitaban a detenerme, sin embargo, muy obstinada seguí mi camino.
Pasaron los días y de
nuevo nos encontramos, en esa ocasión fue diferente, él concienzudamente
revoleteó sobre mi cabeza en repetidas ocasiones, era imposible evitarlo, tal
cual, intentaba llamar mi atención sin más preámbulos ni interés que el de
mostrar su impresionante alzada, así bajaba y subía de palmera en palmera hasta
aterrizar en mi mano, con solo un leve gesto lo tenía consigo, me embelesó tanto su pequeña figura que sentí
obtener un gran regalo, un premio imprevisto y magnífico casi imposible de
suponer. Él era un gorrión llamado: “Chiqui”. Toda una proeza al alcance de mi
mano.
Pensé lo que darían y lo
que harían algunas personas por soltar en mitad de la calle a su pequeña
mascota con alas, desenjaular públicamente a un pajarito con todo el simbolismo
que eso conlleva sería una odisea para no olvidar. Aunque lo más inolvidable
sería que el pájaro volviese libremente, dejando atrás a los de su especie.
Ante mi perplejidad, miré
a mi alrededor, mi despiste no evitó que conociera al dueño del insólito alado,
él me explicó que se lo había encontrado en la calle recién caído de su nido,
desde muy pequeñito lo llevaba suelto y a su llamada se posaba en su hombro,
también me comentó que en su casa está en total y libertad y en verano con
todas las ventanas abiertas.
Por pensar en una
explicación, me detengo en lo inmenso que puede llegar a ser el agradecimiento,
poéticamente se le podrían dar a este pajarito muchos apelativos, incluso se le
podría aplicar que estos pequeños tienen inteligencia selectiva y por tanto
poseen sensibilidad. Lo más curioso es que él ha elegido vivir y volar con su
amigo, el hombre que un día le salvó la vida.
INFOXIFICACIÓN
Sorprender
o sorprenderse es ahora demasiado extraño, en estos tiempos que todo se presta
a ser fácilmente sabido y entendido, nos encontramos que muy pocas veces nos
sobrecogemos con particularidades que nos interese, curiosamente la
sobreexposición de noticias variopintas, estén constatadas o no vuelan como el
viento por todos los rincones de nuestros sentidos, la atención exagerada que
manifestamos ante ellas, convulsiona una inmediata urgencia por compartir a
doquier, aunque no signifique que hallamos aprendido algo de ellas, -ya que la
incitación es ineludible- simplemente es una costumbre pivotar y hacer viajar
esas informaciones, es entonces cuando emerge exponencialmente el punto de
inflexión, ese que atribuye las variantes noticias, algunas de ellas inventadas
y otras completamente falsas.
El
síndrome de intoxicación detiene la cordura, hasta el punto de mostrar imágenes
absolutamente despreciables, enfocando arbitrariamente todo tipo de materiales
indeseables e innecesarios, entre ellos, infinidad de hipérboles bastante
desagradables, a pesar de que esas exposiciones están totalmente prohibidas por
diferentes legislaciones, se siguen mostrando sin pudor, visualizando vídeos,
fotos y noticias sensacionalistas que hieren hondamente el fondo de nuestros
sentimientos.
Por
tanto, si hacemos una evaluación rápida, nos alegramos que esté vigente el
derecho al menor, que se preserve su imagen y todo lo que infiere protegerlo,
de la misma manera, se deberían cumplir esos preceptos con los niños del tercer
mundo, ellos salen frecuentemente por los medios a cara descubierta y en
situaciones tristemente deplorables, para ayudar a esos niños no hace falta
sentir pena sino caridad.
Sería
también muy preciso que se erradicaran otras muchas imágenes de naturaleza
gravemente insidiosas, evidentemente las consecuencias de hechos destructivos
no se eliminan desnudando morbosamente la noticia.
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