BOLERO,
UN CABALLO PENSANDO AL SOL
Hola:
Soy
un caballo, me llamo “Bolero” porque dicen que bailo cuando camino, yo, no sé
escribir, por eso esto no es una carta, es un pensamiento que lanzo al aire.
En
mi pensamiento delibero muchas cosas, entre ellas, comer zanahorias y descansar, bueno…, eso si
me dejan. Me levanto a las seis de la mañana, desde esa hora hasta las ocho de
la tarde estoy fuera y lejos de mi establo; aunque si es verano vuelvo mucho
más tarde; mi hora de trabajo está establecida por los hombres, yo ni pincho ni corto. Los animalistas
no terminan de redondear mis futuros derechos, ni tampoco los de mis amigos los
burros, en realidad los que tenemos cuatro patas apenas tenemos leyes que nos protejan, en
cambio, mis amigos los perros ya lo están consiguiendo, la verdad es que les
tengo un poquito de envidia, a ellos ya les dejan entrar en algunos
establecimientos importantes, yo por mi tamaño no podría entrar y eso lo asumo.
En el fondo mi envidia es sana, me alegra mucho saber que a mis colegas los
perros, les han valorado por fin y de
modo positivo su sensibilidades y sentimientos; es un triunfo inmenso que poco
a poco no se les trate como apestados; a mí precisamente ellos nunca me han
hecho ninguna perrería, más bien todo lo contrario, si me pongo a pensar yo no
me siento inferior a ellos, sé que tengo inteligencia afectiva y la uso con
todos los seres que me tratan bien.
Las
tropelías con mi ser se hacen más insoportables en verano, en esos días y a
pleno Sol las moscas me comen a diario; es angustioso sentir mi lomo ardiendo y
lleno de insectos; esa exposición me hace pensar que no valgo nada para las
personas, menos mal que soy muy alegre y con tres caricias que me hagan se me
olvida toda la carga que me imponen.
En
mi mundo caballar siempre me he inclinado por ayudar con mi fuerza y diligencia
a las personas, eso dicen sobre mí los libros de todos los siglos existentes;
sobre mi poder y protagonismo no hay dudas, ahora bien, mi trabajo de tirador
de coche me impide exponer mi potencial, es muy fácil entenderlo; yo no puedo
tirar solo de tanto peso, yo no puedo arrastrar sin echar espuma por la boca:
del coche; del cochero y de los cuatro o cinco pasajeros que quieren que yo
pasee. A pesar de que me ponen unos cuadraditos al lado de los ojos que me
quitan gran parte de visión, me echo a temblar cuando veo venir a cuatro o cinco gigantes de más de
cien kg; ellos discuten con el cochero el precio del paseo; yo por dentro deseo
que les parezca caro; mientras tratan yo empiezo a elaborar mi táctica de
patear y dar coces para espantarlos, a veces tengo suerte y otras veces no.
Espero
que algún día me hagan caso y todas esas cosas que pienso se puedan arreglar,
así seguro que seré muchísimo más feliz.
Bueno,
pues ya me despido con un relincho afectivo y un garbeo de crines muy cariñoso.
Atentamente: BOLERO
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8 DE MARZO: “DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER”
A veces, se
instalan en nuestra ciudad personajes que engrandecen su historia e inspiran
inmensidad de matices muy gratos, Marjorie Grice-Hutchinson, hija de un abogado
inglés vivió en nuestra ciudad en la
finca de San Julián (Churriana). Nació en Inglaterra el año 1909, estudió en varios colegios
europeos, a muy corta edad dominaba varios idiomas, incluso el latín.
Marjorie
a la edad de quince años viajó durante
la temporada de verano a Málaga, desde el primer día, quedó fascinada de todas
las virtudes que observaba a su alrededor, de manera que, se empezó a arraigar
definitivamente en nuestra tierra, considerando que su hogar estaba unido a la
finca de su padre y a Málaga.
Al
finalizar sus estudios de económicas fue discípula del Premio Nobel de Economía
August von Hayek, quien le ayudo a elaborar su tesis doctoral. Defendió la
teoría del reparto proporcional y uniforme, su rigor procedía en años de
investigación donde promovió la libertad económica y generalizada a favor de la
humanidad, siendo su mayor inquietud la demostración de sus pensamientos a
través de publicaciones y ensayos que afirmaban sus convicciones. Uno de sus
libros más representativos fue el titulado: “ENSAYO SOBRE EL PENSAMIENTO ECONÓMICO
EN ESPAÑA”, además de infinidad de artículos y trabajos sobre las
desigualdades económicas en el mundo, Marjorie apostaba por un cambio
generalizado basado íntegramente en la justicia económica a partir del ajuste
de precios, eliminar la especulación y convertir la moneda en única eran
algunas de sus diversas proposiciones.
La
economía para ella se traducía en reunir elementos atrasados y reconvertirlos
equitativamente, aplicando medidas modernas que ayudarían a reactivar la economía
en países menos favorecidos. Todo ello.
lo expuso en foros y conferencias, siendo valorizada su opinión y recogida muy
favorablemente por intelectuales y políticos de todo el mundo. Actualmente su
trabajo es ampliamente observado por analistas y financieros que siguen
estudiando la practicidad de sus pensamientos.
Después
de impartir sus conocimientos como profesora en Londres y otros países, Grice
se casa en el año 1951 con un barón alemán afincado en Málaga, él era dueño del
cortijo de Santa Isabel, allí Marjorie impartía clases a los niños del lugar de
manera totalmente altruista, ella y su marido Ulrich von Shlippenbach dedicaban
gran parte de su tiempo a instruir a más de cien niños que acudían a la finca
del matrimonio, las clases las ofrecían en el granero de la finca, adecuándolo
con sillas y pupitres que hacían del lugar un verdadero colegio. Al finalizar
el curso la pareja premiaba a los niños
más destacados entregándoles pequeños
detalles.
A
su vez, la economista colabora con
En
1984 dona la finca de su padre (San Julián) a
Su
humanismo e inteligencia son premiados con altos reconocimientos, entre ellos
destacan: Doctorado Honoris Causa por
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