Mª Victoria Atencia.
LOS ALTOS
VUELOS DE UNA GRAN POETA
Hace algunos días a la
poeta malagueña Mª Victoria Atencia se le concedió el VIII premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Lebrija”, ACE, quiso reconocer la trayectoria poética
de la autora, resultando ser la merecedora del estimado galardón que cada año
entrega ACE-Andalucía y las instituciones culturales que avalaron el premio,
todos los miembros coincidieron que el talento de Mª Victoria merecía ese alto
reconocimiento.
El
acto se celebró en el salón de los espejos del Ayuntamiento de Málaga, con la
presencia de personas ligadas a la vida social y cultural de Málaga, entre
ellas, asistieron Francisco de la Torre, Antonio Garrido, Rafael Soler, Manuel
Gahete y otras personas relevantes de la literatura andaluza, además del
numeroso público que presenció el importante acto. Este premio se suma a
infinidad de reconocimientos que Atencia ha recibido por su apreciable obra, el más reciente fue el
pasado mes de diciembre, en esa ocasión recibió la Medalla al Mérito de las
bellas Artes.
Antonio Garrido desdobló muy acertadamente su
conocimiento y elocuencia, entrando muy profundamente en la obra de Mª
Victoria, disertó hondamente y sin paradigma en los poemas de la poeta, concretó por todos los paseos poéticos de la
autora y reafirmó públicamente la importancia de la creatividad y la cultura
que en su nombre enardecen, así, en su glosario comentó que Mª Victoria no
pertenece estéticamente a ninguna generación, su arte está directamente
relacionado con su técnica e inspiración.
La autora se refirió a su obra con el discernir solemne de una maestra, autorizó la
interpretación de sus rimas a la libertad de pensamiento e incluso se interrogó
sobre la influencia que pueden ofrecer sus poemas en distintos criterios,
eludiendo todo tipo de contundencia por su parte. Así mismo, animó a las
mujeres a seguir creando con constancia y así tal vez, más tarde, se recojan
los frutos.
Quédese Atencia tranquila y segura, quédese Mª Victoria
sosegada y convencida; quédese la poeta inequívoca e indudable, contenta y
satisfecha; quédese ineludiblemente persuadida de que la ciudad de Málaga la
admira como a una de las mejores literatas del siglo XX y XXI, y, quédese
también con su ciudad, hágala toda
suya,
porque ya Málaga se ha entregado a sus
poemas entre remolinos azul de mar o en cualquiera de sus atardeceres crujidos de sol. Para
siempre.
Mª Victoria nació en el año 1931, de niña se formó en
el colegio de la Asunción
y más tarde adquirió estudios en el conservatorio, muy pronto se descubre así
misma como escritora y poeta, comienza escribiendo en cuadernos sin otra
pretensión que tenerlos en su propia intimidad, ignorando la importancia que
fluía al encumbrar cada verso, la
perspectiva tomaba semblanza en cada palabra escrita, la esencia de su
creatividad artística ya iba de la mano
y en muy estrecha unión con la inspiración, en nombre de todas esas virtudes
publica su primer libro en el año 1953 con el título: “Tierra Mojada”.
Su obra se extiende a partir de sus primeras
publicaciones, Sueños, El Coleccionista, La Señal , El Puente y
muchas otras, en el año 1997 obtiene el Premio
Andalucía de la Crítica
y en 1998 el Premio Nacional de Crítica por:
“Las Contemplaciones”, fue entonces cuando su nombre pasa muy merecidamente
a formar parte de los/as grandes poetas
españoles de la última mitad de siglo XX.
En medio de sus publicaciones existen pequeños
paréntesis de tiempo que Mª Victoria
empleó para atender a sus cuatro hijos, su marido, Don: Rafael León se implicó de
manera activa en su obra poética y editó alguno de sus libros. Afortunadamente
la incompatibilidad que por causas familiares suele disuadir a las mujeres en
el campo artístico no se cumplió en el
caso de Mª Victoria. Ella fue aún más lejos, en el año 1971 obtuvo el título de
piloto de aviación, cumpliéndose así uno de sus sueños y demostrando que las
personas pueden volar muy alto y en distintas direcciones, su pasión por las
alturas se advierte en su poesía llena de luz y aire, donde transforma alados y
de modo visible muchos de los poemas que
en esa etapa escribió. Sonetos,
alejandrinos, que, mantienen de manera impecable la métrica más rigurosa, al
mismo tiempo, su clasicismo lleva impregnado muy sabiamente la naturalidad más
explícita.
La cotidianidad y la sencillez infunden una elección
exenta de excentricidades, componiendo poemas cercanos al transcurso diario y
también al amor, uno de sus poemas
titulado: “Marta y María” dice
así:
Una
cosa, amor mío, me será imprescindible
para estar reclinada a tu vera en el suelo:
que mis ojos te miren y tu gracia me llene;
que tu mirada colme mi pecho de ternura
y enajenada toda no encuentre otro motivo
de muerte que tu ausencia.
para estar reclinada a tu vera en el suelo:
que mis ojos te miren y tu gracia me llene;
que tu mirada colme mi pecho de ternura
y enajenada toda no encuentre otro motivo
de muerte que tu ausencia.
(Poemario, “Marta & María 1966)
Aún es esperado por todos un mayor reconocimiento para nuestra ilustre
poeta, les deseamos grandes inspiraciones
para seguir disfrutando por mucho tiempo de su
extraordinaria obra.
"su pasión por las alturas se advierte en su poesía llena de luz y aire, donde transforma alados y de modo visible muchos de los poemas que en esa etapa escribió. Sonetos, alejandrinos, que, mantienen de manera impecable la métrica más rigurosa, al mismo tiempo, su clasicismo lleva impregnado muy sabiamente la naturalidad más explícita." Estupendo artículo querida Mercedes Sophía Ramos. María Victoria se lo merece y su obra queda escrita para dar alas al pensamiento y dimensión a las emociones.
ResponderEliminar