MERCEDES SOPHÍA RAMOS. Escritora Grupo ALAS

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lunes, 3 de abril de 2017

Artículo publicado en la revista Cultural El Avisador Malagueño. Mes de abril, 2017.

                     Mª Victoria Atencia.
        
  LOS ALTOS VUELOS DE UNA GRAN POETA




                        Hace algunos días a la poeta malagueña Mª Victoria Atencia se le concedió  el VIII premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Lebrija”,  ACE, quiso reconocer la trayectoria poética de la autora, resultando ser la merecedora del estimado galardón que cada año entrega ACE-Andalucía y las instituciones culturales que avalaron el premio, todos los miembros coincidieron que el talento de Mª Victoria merecía ese alto reconocimiento.
El acto se celebró en el salón de los espejos del Ayuntamiento de Málaga, con la presencia de personas ligadas a la vida social y cultural de Málaga, entre ellas, asistieron Francisco de la Torre, Antonio Garrido, Rafael Soler, Manuel Gahete y otras personas relevantes de la literatura andaluza, además del numeroso público que presenció el importante acto. Este premio se suma a infinidad de reconocimientos que Atencia ha recibido por su  apreciable obra, el más reciente fue el pasado mes de diciembre, en esa ocasión recibió la Medalla al Mérito de las bellas Artes.
Antonio Garrido desdobló muy acertadamente su conocimiento y elocuencia, entrando muy profundamente en la obra de Mª Victoria, disertó hondamente y sin paradigma en los poemas de la poeta,  concretó por todos los paseos poéticos de la autora y reafirmó públicamente la importancia de la creatividad y la cultura que en su nombre enardecen, así, en su glosario comentó que Mª Victoria no pertenece estéticamente a ninguna generación, su arte está directamente relacionado con su técnica e inspiración.
La autora se refirió a su obra con el discernir  solemne de una maestra, autorizó la interpretación de sus rimas a la libertad de pensamiento e incluso se interrogó sobre la influencia que pueden ofrecer sus poemas en distintos criterios, eludiendo todo tipo de contundencia por su parte. Así mismo, animó a las mujeres a seguir creando con constancia y así tal vez, más tarde, se recojan los frutos.


Quédese Atencia tranquila y segura, quédese Mª Victoria sosegada y convencida; quédese la poeta inequívoca e indudable, contenta y satisfecha; quédese ineludiblemente persuadida de que la ciudad de Málaga la admira como a una de las mejores literatas del siglo XX y XXI, y, quédese también con su ciudad, hágala toda
suya, porque ya  Málaga se ha entregado a sus poemas entre remolinos azul de mar o en cualquiera  de sus atardeceres crujidos de sol. Para siempre.
Mª Victoria nació en el año 1931, de niña se formó en el colegio de la Asunción y más tarde adquirió estudios en el conservatorio, muy pronto se descubre así misma como escritora y poeta, comienza escribiendo en cuadernos sin otra pretensión que tenerlos en su propia intimidad, ignorando la importancia que fluía al encumbrar  cada verso, la perspectiva tomaba semblanza en cada palabra escrita, la esencia de su creatividad  artística ya iba de la mano y en muy estrecha unión con la inspiración, en nombre de todas esas virtudes publica su primer libro en el año 1953 con el título: “Tierra Mojada”.
Su obra se extiende a partir de sus primeras publicaciones, Sueños, El Coleccionista, La Señal, El Puente y muchas otras, en el año 1997 obtiene el Premio  Andalucía de la Crítica y en 1998 el Premio Nacional de Crítica por: “Las Contemplaciones”, fue entonces cuando su nombre pasa muy merecidamente a formar parte de los/as grandes poetas  españoles de la última mitad de siglo XX.
En medio de sus publicaciones existen pequeños paréntesis  de tiempo que Mª Victoria empleó para atender a sus cuatro hijos, su marido, Don: Rafael León se implicó de manera activa en su obra poética y editó alguno de sus libros. Afortunadamente la incompatibilidad que por causas familiares suele disuadir a las mujeres en el campo artístico  no se cumplió en el caso de Mª Victoria. Ella fue aún más lejos, en el año 1971 obtuvo el título de piloto de aviación, cumpliéndose así uno de sus sueños y demostrando que las personas pueden volar muy alto y en distintas direcciones, su pasión por las alturas se advierte en su poesía llena de luz y aire, donde transforma alados y de modo visible  muchos de los poemas que  en esa etapa escribió. Sonetos, alejandrinos, que, mantienen de manera impecable la métrica más rigurosa, al mismo tiempo, su clasicismo lleva impregnado muy sabiamente la naturalidad más explícita.






La cotidianidad y la sencillez infunden una elección exenta de excentricidades, componiendo poemas cercanos al transcurso diario y también al amor, uno de sus poemas  titulado: “Marta y María” dice así:  
                                                    Una cosa, amor mío, me será imprescindible
                                                      para estar reclinada a tu vera en el suelo:
                                                      que mis ojos te miren y tu gracia me llene;
                                                       que tu mirada colme mi pecho de ternura
                                                        y enajenada toda no encuentre otro motivo
                                                         de muerte que tu ausencia.
                                
                               (Poemario, “Marta & María 1966)


Aún es esperado por todos un mayor reconocimiento para nuestra ilustre poeta,  les deseamos grandes inspiraciones para seguir disfrutando por mucho tiempo de su  extraordinaria obra.



1 comentario:

  1. "su pasión por las alturas se advierte en su poesía llena de luz y aire, donde transforma alados y de modo visible muchos de los poemas que en esa etapa escribió. Sonetos, alejandrinos, que, mantienen de manera impecable la métrica más rigurosa, al mismo tiempo, su clasicismo lleva impregnado muy sabiamente la naturalidad más explícita." Estupendo artículo querida Mercedes Sophía Ramos. María Victoria se lo merece y su obra queda escrita para dar alas al pensamiento y dimensión a las emociones.

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