MERCEDES SOPHÍA RAMOS. Escritora Grupo ALAS

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jueves, 22 de junio de 2017

ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA SOLERA

Mª Victoria Atencia.
        
  LOS ALTOS VUELOS DE UNA GRAN POETA




                        Hace algunos días a la poeta malagueña Mª Victoria Atencia se le concedió  el VIII premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Lebrija”,  ACE, quiso reconocer la trayectoria poética de la autora, resultando ser la merecedora del estimado galardón que cada año entrega ACE-Andalucía y las instituciones culturales que avalaron el premio, todos los miembros coincidieron que el talento de Mª Victoria merecía ese alto reconocimiento.
El acto se celebró en el salón de los espejos del Ayuntamiento de Málaga, con la presencia de personas ligadas a la vida social y cultural de Málaga, entre ellas, asistieron Francisco de la Torre, Antonio Garrido, Rafael Soler, Manuel Gahete y otras personas relevantes de la literatura andaluza, además del numeroso público que presenció el importante acto. Este premio se suma a infinidad de reconocimientos que Atencia ha recibido por su  apreciable obra, el más reciente fue el pasado mes de diciembre, en esa ocasión recibió la Medalla al Mérito de las bellas Artes.
Antonio Garrido desdobló muy acertadamente su conocimiento y elocuencia, entrando muy profundamente en la obra de Mª Victoria, disertó hondamente y sin paradigma en los poemas de la poeta,  concretó por todos los paseos poéticos de la autora y reafirmó públicamente la importancia de la creatividad y la cultura que en su nombre enardecen, así, en su glosario comentó que Mª Victoria no pertenece estéticamente a ninguna generación, su arte está directamente relacionado con su técnica e inspiración.
La autora se refirió a su obra con el discernir  solemne de una maestra, autorizó la interpretación de sus rimas a la libertad de pensamiento e incluso se interrogó sobre la influencia que pueden ofrecer sus poemas en distintos criterios, eludiendo todo tipo de contundencia por su parte. Así mismo, animó a las mujeres a seguir creando con constancia y así tal vez, más tarde, se recojan los frutos.


Quédese Atencia tranquila y segura, quédese Mª Victoria sosegada y convencida; quédese la poeta inequívoca e indudable, contenta y satisfecha; quédese ineludiblemente persuadida de que la ciudad de Málaga la admira como a una de las mejores literatas del siglo XX y XXI, y, quédese también con su ciudad, hágala toda
suya, porque ya  Málaga se ha entregado a sus poemas entre remolinos azul de mar o en cualquiera  de sus atardeceres crujidos de sol. Para siempre.


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